La
Esfera Celeste
No tenemos
certeza cuándo, pero hace ya muchos milenios que nuestros antepasados tuvieron
el interés y la paciencia de dedicarle tiempo a observar el cielo. Pronto
debieron descubrir que, tanto durante el día como la noche, los astros (el sol
y la luna incluidos) parecían desplazarse como si fuesen arrastrados por una
enorme esfera, que rotaba completamente en el lapso de un día. Entonces, como
tantas veces en la historia del conocimiento, lo que parece ser cierto lo
aceptamos como una verdad evidente, probablemente así fue como la idea de una Esfera Celeste fue asumida esfera real. Una gran esfera exterior, donde
estarían engarzadas las “estrellas fijas” y una serie de esferas interiores,
concéntricas, portadoras de los planetas, el Sol y la Luna, y cuyo centro,
naturalmente, tenía que estar en la Tierra.
En esta figura podemos ver una
representación, muy esquemática, del universo en los tiempos de Aristóteles, en
la antigua Grecia.
Hoy en día ya nadie (o casi nadie) sostiene que nuestro planeta se
ubica en el centro del cielo, y que el Sol, Luna y demás planetas orbiten en
torno a la Tierra, pero con el fin de describir las posiciones de los astros en
el cielo y algunos movimientos aparentes, es válido conservar el título de
“Esfera Celeste” a ese manto estrellado que vemos cada noche, aunque sepamos
que no es esa esfera la que rota cada día, sino que es nuestro planeta el que
lo hace en torno a su eje.
Coordenadas Horizontales
Para ubicar un
objeto en el cielo, tomando como referencia la superficie (aparentemente plana)
en que estamos parados, se utilizan dos coordenadas: Acimut y Altura
El Acimut, que consiste en el ángulo que desarrolla el objeto o
estrella, desde el punto cardinal Norte, en dirección hacia la derecha (como
las agujas del reloj).
La Altura, es al ángulo
desde el objeto al punto más cercano al horizonte.
En la figura de
la izquierda, podemos ver que el objeto que señala la persona, tiene un acimut
de poco más de 270° (es decir, hacia el noroeste) y una altura de unos 45°.
Si un objeto se
encuentra justo arriba de nuestra cabeza, se dice que tiene una altura de 90°,
o que está en el Cenit (Zenith en inglés).
Como la Tierra no
es plana, está claro que dos personas situadas muy distantes, no verán una
misma estrella con el mismo acimut ni altura.
Movimientos Terrestres: Rotación y Traslación
Aunque sentimos
que nuestro planeta está quieto, ya hemos aprendido a aceptar que esta
magnifica nave que llamamos Tierra, se mueve en torno al Sol en una órbita
anual, en una trayectoria elíptica (aunque casi circular). Y que no tenemos que
confundir el mayor acercamiento o alejamiento del Sol con la causa del ciclo de
las estaciones.
Como debe parecer obvio, la órbita de la Tierra es plana y el Sol
debe estar precisamente en ese plano. A este plano en que orbita nuestro
planeta, lo llamamos “Eclíptica”. La
similitud con la palabra “elíptica” es mera coincidencia, ya que Eclíptica deriva del hecho de que en
ese plano se producen los eclipses. Como veremos más adelante, la mayoría de
los planetas orbita en planos muy cercanos a la eclíptica.
Todos sabemos que nuestro planeta está inclinado,,, y hasta sabemos
su inclinación: 23,5°, lo que muchas veces olvidan los profesores es destacar respecto a qué está inclinada la
Tierra. Bueno, ya podrán adivinar que es respecto al plano de la eclíptica.
Y es gracias a
esta inclinación del eje de rotación terrestre que tenemos las estaciones. Si
este eje de rotación fuese totalmente perpendicular a la eclíptica, durante
todo el año el sol alcanzaría la misma altura al mediodía y los días durarían
siempre lo mismo que la noche. En los polos no habría ni día ni noche, el Sol
siempre se encontraría rozando el horizonte.
En esta figura se
muestra la situación en los solsticios de invierno y verano en ambos
hemisferios.
En el esquema de arriba,
se puede apreciar cómo los equinoccios ocurren entre los solsticios. En los
equinoccios, el eje de la tierra se encuentra perpendicular al Sol, por lo que
en todo el planeta, excepto en los polos, el Sol aparece justo por el Este y se
oculta hacia el Oeste, y el día la noche duran (casi) exactamente lo mismo.
En la siguiente
imagen vemos la trayectoria que sigue el sol en el cielo en distintas
latitudes, en las fechas de los solsticios y equinoccios.
Coordenadas Celestes (o Astronómicas)
Como ya se
mencionó, la “Esfera Celeste” parece rotar en torno a nosotros, por lo tanto,
si queremos indicar la posición “definitiva” o “real” u “objetiva” de una
estrella, no podemos asignarle una coordenada basada en nuestra ubicación en la
Tierra. Para ello es más indicado hacerlo respecto a la “Esfera Celeste” o
“Esfera de las Estrellas Fijas”.
Al rotar la
Tierra sobre su eje, el cielo parece rotar en sentido contrario, como una gran
esfera, en sentido contrario al que lo hacemos nosotros, y esa gran esfera
tiene un eje que es la proyección del eje polar terrestre.
Dado que tenemos Polos en
la “Esfera Celeste”, podemos definir también un “Ecuador Celeste”, y que debe coincidir también con la proyección
del Ecuador Terrestre.
Tal como en la
Tierra usamos las coordenadas de Latitud y Meridiano para ubicar cualquier
punto en la superficie de esta esfera, los astrónomos utilizan un sistema de
coordenadas equivalentes, llamados Declinación y Ascensión Recta.
La Declinación
(Dec. ó δ) equivale a la Latitud. Un objeto con declinación 0° estará justo en
el plano del ecuador celeste, y uno con latitud +90°, en el Polo Norte, y -90°,
en el Polo Sur. Los grados se dividen a su vez en 60 minutos y éstos, en 60
segundos.
La Ascención
Recta (A.R.) equivale a los Meridianos terrestres, y al igual que en la Tierra,
se debe elegir en forma arbitraria el punto de inicio. Así como en la Tierra se
eligió el Meridiano de Greenwich por su famoso observatorio, se debió elegir
algún punto en el cielo que marcara algo relevante, y la línea que corta los
planos de la eclíptica y el ecuador celeste parecía un buen candidato.
Pero sucede que
esa línea obviamente señala en dos sentidos, (recordemos que cuando el Sol está
en alguno de ellos, estamos en equinoccio). Se eligió el punto que señala al
equinoccio vernal (primer día de primavera en el hemisferio norte) como punto
de inicio de las coordenadas de A.R.
Las A.R. no se
mide en grados sino en Horas, minutos y segundos.
Movimientos de
Precesión y Nutación
Hasta ahora hemos hablado
de una Tierra rotando como un trompo, con su eje apuntando siempre en una misma
dirección, lo cual no es totalmente cierto, con el curso de los años el eje
terrestre describe un giro similar al que realiza un trompo al girar en el suelo.
Las fuerzas de
atracción del Sol y la Luna sobre el ecuador terrestre van “torciendo” la
dirección del eje terrestre en el sentido de las manecillas del reloj,
manteniendo siempre una inclinación de 23,5° respecto a la eclíptica. La vuelta
completa de este bamboleo tarda casi 26.000 años, por lo tanto en 13.000 años,
el eje terrestre apuntará a 47° de diferencia con el
actual.
En esta figura
podemos observar la manera en que cambia la dirección del eje de rotación
terrestre, el cual es estos años apunta
hacia al estrella Polaris en el hemisferio Norte, y dentro de unos 11.000 años
será Vega la estrella brillante que señalará mas cerca del polo Norte.
Cada 71 años, el
eje terrestre se desplaza 1° respecto a la “esfera celeste”, lo que lo hace
bastante evidente, y se sabe que ya 300 años AC, ya se tenía conocimiento de
esta precesión.
Al desplazarse el
eje terrestre, también lo tiene que hacer el plano del ecuador.
Como ya vimos,
los equinoccios se producen cuando el sol se sitúa justo en la línea en que se
intersectan el plano del ecuador terrestre y la Eclíptica. Pero si el plano del
ecuador se va desplazando, también se desplazará la línea de los equinoccios.
Por este motivo es que el movimiento de precesión terrestre también conocido
como la “Precesión de los Equinoccios”.
Tanto el polo
Norte y Sur celestes, así como los equinoccios se van desplazando, entonces el
sistema de coordenadas de declinación y AR debe basarse en una posición
determinada del eje terrestre, por lo tanto, siempre es necesario hacer
referencia de el año en que son medidas.
Otro de los
movimientos terrestres, aunque mucho más sutil que los
mencionados anteriormente, se trata de la Nutación,
la cual es causada también por las fuerzas de tensión del Sol y la Luna sobre
el ecuador terrestre, pero con un periodo y una intensidades mucho menores. Su
ciclo es de 18,6 años y el movimiento de unos 9 segundos de arco, es casi
insignificante respecto al de precesión.
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