Desde tiempos inmemoriales son conocidas 5 estrellas
"errantes", y por esto fueron llamadas "Planetas". Estos 5
planetas visibles a simple vista se tratan de: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno.
Hoy sabemos que existe una gran diferencia entre las estrellas y los planetas,
pero a veces no resulta fácil distinguirlos a simple vista, he aquí algunas
pautas para ubicarnos.
Antes que nada es recomendable que conozcamos las principales constelaciones
del cielo así como sus principales estrellas. Para eso sugerimos conseguir
algunas cartas estelares, de las que abundan en Internet y comenzar a reconocer
las constelaciones más vistosas, como Orión, Escorpión, la Cruz del Sur, Tauro.
Buscando los planetas:
Antes que todo, debemos saber que los planetas siempre los encontraremos muy
cercanos al plano de la eclíptica, es decir, el camino que recorre el Sol en el
cielo. En ese plano es donde encontramos las famosas constelaciones del
zodiaco, no todas ellas muy llamativas, pero que es conveniente ir
reconociendo.
Una de las formas más seguras de saber si un objeto es estrella o planeta
consiste en observarlo cuando este se encuentre cerca del horizonte. Si titila,
se trata de una estrella, si no lo hace, sabremos que es un planeta.
El más fácil de reconocer es sin duda Venus, con mucho, el más brillante de
todos. Siempre lo encontraremos hacia el poniente al atardecer o hacia la
cordillera, antes del amanecer.
En la imagen la estrella mas brillante es Venus |
El segundo planeta más brillante normalmente es Júpiter. Brilla siempre más que
cualquier estrella en el cielo.
En ocasiones podremos ver Marte muy brillante, y de un color rojizo. Marte sólo
se verá brillante cuando esté cerca de la oposición, es decir, hacia el lado
opuesto del Sol. Entonces Marte deberá estar apareciendo, por el Este, una o
dos horas antes o después de la puesta de Sol.
Saturno nunca llega a ser más brillante que Sirio. Su brillo varía entre
magnitud 0 a +1.
El Planeta Mercurio es uno de los más difíciles de observar ya que siempre se
encuentra muy cerca del Sol. Su brillo máximo puede alcanzar la magnitud -2, es
decir, más brillante que Sirio, pero por encontrarse hacia el resplandor del
atardecer o amanecer, nunca lucirá muy llamativo. Si lo observamos varias
noches seguidas, veremos cómo cambia rápidamente de posición respecto a las
estrellas. Debido esta gran movilidad recibió el nombre del mensajero de los
dioses.
Autor: Carlos Furet.
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